Por Ángel Villegas Bravo
Los unos dicen que los otros están hasta el cuello de corrupción, con Gürtel, Púnica, nepotismo y algunas cosas más. Los otros responden que ellos tienen los ERE, los cursos de formación y, también, algunas cosas más. Y lo peor es que unos y otros tienen razón, o parecen tenerla. Y entre los unos y los otros, hay amnistías fiscales, privilegios, nombramientos llamativos de embajadores, de jueces, casos impúdicos de puerta giratoria y no pocas cosas impresentables más. Y, claro, aparecen los partidos emergentes y empiezan a “comerles la tostada” y a recibir, sin apenas haber tocado poder, todas las críticas del mundo. Los voceros mediáticos ponen el grito en el cielo contra ellos y hasta dicen haber encontrado alguna corruptela que achacarles.
Así que el ciudadano corriente, ante la algarabía de unos y otros, duda y se siente aturdido por el griterío de todos.
Yo procuraré ser lo más racional posible, ignorar a los pregoneros y guiarme por los hechos. Y claro, reflexionaré muy seriamente, durante los tres próximos meses, sobre lo que han dicho y hecho los unos, los otros y los demás.